viernes, 11 de diciembre de 2009

el valor de educar

EL VALOR DE EDUCAR DE FERNANDO SAVATER
ensayo



Este ensayo fué realizado para el coordinador del área de didácticas del Instituto Mexicano de Sexología:

Coordinador: Max Jimenez

Alumna: Priscila Mazariegos

Grupo:G27







Comenzaré este ensayo por compartirles que el libro "El valor de aducar" tiene un tipo de texto humanístico (expositivo-argumentativo) ya que trata temas relaccionados con la psicología y la filosofía.Los textos humanísticos se caracterizan por su finalidad y por la forma en que expresan esos contenidos. Por un lado, el mundo de las Humanidades constituye un conjunto de conocimientos sobre el ser humano que no persiguen una finalidad práctica inmediata, pero sí una importante función formativa. Por otro lado, el ámbito de las Ciencias Humanas y Sociales es, ante todo, teórico y especulativo, y la reflexión y el razonamiento tienen una fuerte carga argumentativa que se refleja en el carácter expositivo y argumentativo de este tipo de textos.En cuanto a la modalidad del discurso es deduciva ya que se expone primero la tesis y luego se aportan los argumentos y los datos.

Savater utiliza los tres primeros capítulos para hacer una (extensa) presentación de los temas a tratar y de sus ideas y posturas respecto al tema de la educación primaria y los trata por encima, y el resto del libro lo utiliza para dar mil vueltas a esos temas planteados al principio, sirviéndose muy a menudo de citas de otros autores y sacando ya a relucir pocas ideas nuevas, claras e independientes. Esto queda patente en las numerosas alusiones que hace a lo largo de la primera parte a capítulos de la segunda. Al mismo tiempo esos tres últimos capítulos los utiliza para derivar en temas que sirven de ejemplificación o aclaración de las ideas principales. Las conclusiones a las que llega están dispersas a lo largo de todo el libro y especialmente en la segunda parte, siendo una para cada idea principal o incluso secundaria que trata, pero no existe una conclusión final sobre todo el libro ni siquiera al final del 6º capítulo. A su vez cada capítulo sigue más o menos una estructura que responde a las pautas de comenzar hablando de la idea principal y sacando algunas secundarias y después deriva en otros temas aún más secundarios que, como ya he dicho antes, sirven como aclaración o ejemplificación o mero bulto producto de la necesidad de Savater de exponer todas las ideas que se le pasaron por la cabeza para llegar hasta la idea principal.


El tema sobre el cual Savater expone sus ideas personales es la forma de llevar a cabo la educación y formación, sobre todo primaria, y también la secundaria y un poco la universitaria, aunque esta última más que nada en alusiones ejemplificantes.

Las conclusiones a las que Savater llega en su libro son muchas, pero se podrían esquematizar en ideas principales y secundarias. Cada idea principal la he desgajado en otras secundaras que



derivan de ella:



  • La necesaria humanización del ser humano, no en el sentido de humano como especie, sino moralmente.

  • Es más importante aprender del resto de los humanos que de un montón de libros.
    Somos diferentes de los animales en esa capacidad de seguir formándonos indefinidamente.

  • Para que una persona enseñe a otra hay que tener en cuenta que se enseña al que no sabe.
    Para ello se debe partir de experiencia de la vida para así conocer nuestras debilidades y dudas que se pueden plantear a la hora de aprender.
    Como el aprendizaje se transmite de humanos a humanos, este no llega a ser perfecto. No es como si nos lo transmitiese un ser divino o algo del mismo índole.
    En la enseñanza cabe diferenciar entre educación e instrucción, siendo la primera la parte que se refiere a lo humano y la segunda a lo técnico. Mayor importancia de la educación, como base para una buena formación.
    Aunque desde la antigüedad la educación ha sido más importante que la instrucción, en la actualidad instrucción y educación han llegado a igualarse o incluso a superar la primera a la segunda.
    En la educación también existe un paréntesis en el que a menudo se promulgan objetivos como favorecer al estado, a los ricos, al sexo masculino, etc. de forma subliminal.
    Diferenciación entre disciplinas cerradas y abiertas. Cerradas las que una vez que se saben ya se dominan por completo, y abiertas las que nunca llegan a dominarse por completo.
    La más importante de las disciplinas abiertas es el saber aprender.
    Presenta a la familia como imprescindible para la educación y formación en el ámbito personal del niño.
    La familia es la base para el resto de la vida, dando una socialización necesaria para seguir aprendiendo en la segunda etapa de nuestro camino por la senda del tiempo que nos lleva hasta la muerte.
    Los cambios que se han producido en la configuración de las familias han llevado a la falta de los miembros que se encargaban de la educación de los niños. Así los padres han ido relegando a los maestros la tarea de educar, cargando a estos de un trabajo ya titánico.
    El miedo en la educación del infante es necesario, pero no de una forma desmedida, si no razonada, debiendo este miedo basarse en la posibilidad de perder el amor de los padres.
    La necesidad de la figura del padre autoritario en la educación del neófito.
    Este padre autoritario no debe llegar a la dictadura de tiempos pasados: se busca una mezcla entre esa autoridad capaz de provocar el miedo inicial, pero también aplicada con la dulzura característica de una madre.
    La televisión como forma de educación no es muy positiva, ya que destapa de forma rápida, directa, incontrolada y desordenada los pequeños secretos que normalmente se ocultan a los niños para que estos los vayan aprendiendo poco a poco.
    Hace desaparecer así la curiosidad de los niños por aprender y por aplicarse en ese adiestramiento, ya que la tele les da toda la información mascada sin necesidad del esfuerzo que conllevaría leer un libro.
    Por esta falta de curiosidad en los niños y este desorden de noticias e información, la escuela se encuentra con otro problema más que debe solventar, convirtiendo así su esfuerzo en titánico.
    En lo referente a la ética y la religión, defiende que esta no debe de ser impartida como una asignatura, sino como un ejemplo.
    Cada uno tiene su propia ética.
    La diferencia entre ética y religión es que la ética intenta mejorar la vida, mientras que la religión busca algo mejor que la vida, además de que la ética se basa en el razonamiento que todos podemos compartir y la religión en doctrinas cuyo misterio sólo unos cuantos aceptan como válido.

  • El sexo ya no es algo obsceno como antes, pero ahora se ha tornado en carácter demasiado explícito, demasiado comercial y se presenta como algo superficial, egoísta y ante lo que hay poca información.
    Esto puede provocar que se vea el sexo por una carrera a ver quién consigue más placer, sin mirar por el otro miembro de la pareja.
    Las drogas se deben combatir desde la información, no prohibiéndolas sino sabiéndolas administrar bien.
    La violencia es algo necesario en la humanidad y que por lo menos debe existir en nuestra imaginación, ya que así nos damos cuenta de que es negativa y evitamos practicarla.
    En este campo, la televisión sirve como una válvula de escape.
    La educación es a menudo forzosa y tirana, ya sea porque los mayores queremos obligar a aprender al niño cosas para que así perdure nuestra obra y ser de algún modo inmortales o para preparar individuos para realizar alguna tarea que les necesita.
    En estos tiempos se está dando más importancia a las asignaturas técnicas que a las humanidades, y esto es un error ya que se está dejando de humanizar a los alumnos a favor de prepararlos para un futuro inmediato laboral por el mero hecho de que tienen más salida las carreras técnicas.
    Los maestros deben esforzarse por que sus alumnos encuentren interés en la asignatura y así sean estos mismo los que sigan formándose por su cuenta.
    La enseñanza rebuscada y poco clara de algunos docentes es poco eficaz.
    Lo trivial y lo que haga al pupilo sentir placer por la asignatura y ponerse en el camino que le lleve a continuar formándose por si mismo gracias al gusto que esto le produce, es lo más eficaz y acertado.
    La pedantería en la que muchos maestros incurren viene dada porque se creen que todos sus alumnos comparten el mismo interés por la asignatura que imparte que la que tenía él mismo cuando estudiaba y que aún conserva. Esto provoca un desinterés en el alumno por la asignatura.
    A menudo estos profesores hablan como si se dirigiesen a un grupo de colegas suyos que ya saben de la materia, mientras que en realidad lo hacen aun grupo de alumnos que carecen de esas bases que el profesor les está negando.
    En el bachillerato se debería impartir la clase sabiendo que se está hablando a un grupo de personas que a lo mejor no vuelven a tocar esa materia en su vida, por lo que se deben limitar los contenidos a dar una visión general de la materia, evitando tecnicismos y demasiadas profundizaciones que harán al alumno ver que esa asignatura se aleja de sus placeres e intereses personales, por lo que tenderá a rechazarla.
    A menudo hasta el placer por la lectura se puede ver trabado por el ejercicio obligado de leer un libro, y no por placer o iniciativa propia, sino para hacer resúmenes, críticas o incluso análisis gramaticales.
    La educación es conservadora, puesto que intenta conservar las ideas que el tutor posee y considera dignas de ser conservadas en el alumno.
    Debido a transferencia de conocimientos, es la sociedad la que crea al hombre.
    Se podría decir que a través de esa selección de conocimientos educamos para conseguir un estereotipo.
    Esta subjetividad a la hora de elegir lo que transmitimos al neófito y queremos conservar, cae a veces en la no-neutralidad y en la imposición de ideas propias a, normalmente, personas con criterios insuficientes para juzgar esa idea que le estamos inculcando, como son los alumnos.



  • La educación debe ser universal:
    Para conseguir la educación universal debemos desprendernos de los prejuicios a la hora de educar, y hacerlo de forma general sin distinciones.
    Además la educación debe de estar al alcance de todos, y no negar por ejemplo la educación a alguien de más bajo nivel social, pues sus capacidades pueden ser igualmente grandes y hay que desarrollarlas.
    El punto de vista desde el que se trate la información que s transmite debe de ser también neutral.
    El tutor debe, como mucho, exponer su punto de vista sin colocarlo por encima de los demás y razonando también las demás posturas que puedan existir.
    Ante esta posibilidad de exponer un punto de vista razonadamente, cabe concretar que las opiniones respecto a temas ante los que se deben tomar posturas ya descritas por el sentido común y la humanidad (como el terrorismo), no deben ser neutrales, ya que se podría incurrir en la barbarie.

  • Savater explica las ideas a menudo de varias formas, con un notable esfuerzo por ser muy preciso en cada palabra que utiliza y en cada definición que da. A veces llena listas de sinónimos de una misma palabras para así no dejar ningún pequeño matiz de un concepto sin tocar. Además intenta siempre caer en todas las situaciones posibles que se pueden dar respecto al tema que esté tratando y en cualquier excepción que se pueda producir, matizando profundamente lo que habla. Así las exposiciones que hace consiguen un elevado grado de verosimilitud e intentar repeler la arrebatabilidad. A todas las ideas que da cuenta a lo largo del libro las fortalece con largos ejemplos, aplicaciones a la realidad, experiencias propias o ajenas que él conozca, matizaciones, etc. Así a menudo cuando está explicando una idea, deriva en temas adyacentes a esa idea. Además el tono que utiliza es familiar, se acerca al tono que usaría si hablase oralmente con un ya colega. Para ejemplificar esto he escogido el siguiente texto del libro: (Ver fragmento número 1)
    Otras veces usa un tono humorístico, irónico o hasta afilado: “Encontrar voluntarios cualificados para el arriesgado puesto de maestro es dificilísimo y hay que contentarse con el primer gladiador que se atreve a presentarse como candidato” o “Los sesudos domines consideran trivial cuando se dice con sencillez. Aclaremos una vez más, en beneficio de catedráticos germanizantes y críticos literarios deconstruccionistas, la diferencia entre lo uno y lo otro: trivialidad es lo que se le queda en la cabeza a un imbécil cuando oye algo dicho con sencillez”

Para argumentar sus teorías, ideas, dilucidaciones, etc. empieza basándose primeramente en su forma de exposición de la que ya he hablado en el punto anterior, ya que así consigue llegar mejor al lector y conseguir su atención. Para dar peso a sus palabras, mayoritariamente se sirve de los ejemplos prácticos que aluden al sentido común, como en este utilizado para abordar la situación de las drogas y defender la desinformación sobre ellas.: “En Internet, por ejemplo, el entusiasmo ya patente por la pornografía y el cotilleo puede tranquilizar a los más suspicaces a tal respecto. En su día, el invento que Gutenberg quería poner al servicio de la Biblia y otras obras piadosas sirvió enseguida para convertir en best-seller el Gargantúa de Rabelais”. También hace presuposiciones sobre la impresión que lo que dice puede causar en el lector, acercándose más a él dejando patente su conciencia respecto al enfoque que puede estar recibiendo su exposición y creando así más tolerancia ante su opinión: “Quizá mucho de lo que vengo diciendo en estas últimas páginas resulte para algunos lectores demasiado abstracto. [...] Pido pues excusas, suplico la relectura paciente y benevolente de los párrafos recién concluidos y sigo adelante.”


CONCLUSIÓN:
El libro de Savater no llega a una conclusión final concreta, sino a varias sobre distintas características, disciplinas o módulos de la educación. Si bien, después de leer esta obra yo podría llegar a la conclusión de que es necesario un cambio bastante profundo en la enseñanza, que de momento va desencaminada, haciéndola más lógica, más humana y más cercana a la índole social, formando personas más que autómatas asalariados.


Para mí, sin duda, lo más destacable es el acierto de Savater en sus ideas y opiniones, ya la gran cantidad de estas. Aunque mayoritariamente no dice nada nuevo, lo mejor es que ha sabido exponer su pensamiento y explicarlo de una forma a menudo inmejorable en algunas de sus frases, gracias a su enfoque profundo, aunque quizá en alguna ocasión con algo de carencia en el orden y esquematización de estas lo cual desemboca en la pérdida de algunas frases o ideas brillantes entre el tumulto de todas las demás con sus ejemplos y paja. Me ha gustado mucho la forma que tiene de exposición, con su atención por todos los detalles, casos posibles y excepciones que puedan darse, ajustando sus ideas a la práctica; descartando así todas las dudas que puedan surgir. ¡Un gran gusto por el matiz!
Pero casi todos esos pros se dan en su mayoría con más fuerza en los 3 primeros capítulos, gracias a la mayor concisión de estos. Así que, en el plano negativo, destacaré que, aunque sus ideas sintetizadas son excelentes, cuando las desarrolla se llega a hacer pesado. La cantidad de vueltas que le da a un mismo tema se me ha llegado a hacer a veces desesperante. Además parece costumbre suya ir derivando los temas demasiado. A menudo empieza hablando de una cosa, y, si para hablar de esa cosa tiene que hacer alusión a otra, comienza a hablar de la segunda y deja la primera inconclusa. Y así constantemente


En resumen, tiene como punto fuerte el contenido del libro y el estilo del lenguaje, mientras que le fallan las partes aclaratorias de su exposición y la brevedad. Yo hubiese esquematizado más las ideas, diferenciándolas mayormente unas de otras.
Y como conclusión: es un buen libro pero sería mejor si estuviera más resumido.
Ahora cabe preguntarse: ¿Se podrá aplicar todo lo que tan bien dice Savater? ¿O tan sólo quedará en el idealismo de las metas inalcanzables que impone la perfección? Ojalá que se consiga, porque en verdad estaría muy bien.



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